MEDIDAS PARA CONSERVAR Y MEJORAR LA FERTILIDAD DEL SUELO.

 

Medidas para conservar y mejorar la fertilidad del suelo.

Un buen suelo es esencial para una buena producción agrícola. El suelo debe tener todos los nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantas, y una estructura que las mantenga firmes. 

La estructura del suelo debe asegurar suficiente aire y agua para las raíces de la planta, evitando el exceso de agua mediante un buen drenaje. La mayoría de los nutrientes se recicla por las raíces de la planta y vuelven al suelo a través de las hojas que caen de la misma. 

Lombrices, insectos y pequeños organismos, como los hongos, proveen también al suelo con materia orgánica y lo cambian para la producción de humus. Esto hace que la capa inferior del suelo sea oscura y tenga una buena estructura. El humus se pierde rápidamente si al suelo se lo deja expuesto al aire por mucho tiempo sin cobertura. El subsuelo es generalmente menos fértil.

Hay suelos naturalmente fértiles, como las planicies o vegas de los ríos o tierras volcánicas, pero en muchos sitios el suelo tiene poca fertilidad natural o tiene pérdida de nutrientes debido a la deforestación, quemas frecuentes o producción continua sin la aplicación de fertilizantes.

Para alcanzar una producción importante de cultivos, un agricultor debe mejorar la fertilidad y la estructura del suelo. Los nutrientes, como el nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K) y otros, son esenciales para el crecimiento de las plantas. 

Por las cosechas intensivas, el suelo presenta pérdidas de nutrientes y es necesario de una u otra forma reponerlos al suelo. Para ello debemos entender los ciclos de los nutrientes en el suelo, y cómo influyen el clima y los plantas cultivadas en este proceso.

Función de los macronutrientes NPK:

En la mayoría de los casos la escasez de uno o más nutrientes se resuelve hoy con la aplicación de fertilizantes químicos. Estos tienen la ventaja de que contienen los nutrientes disponibles de forma inmediata, se puede controlar fácilmente la cantidad y las proporciones aplicadas y requieren muy poca mano de obra adicional.

Los fertilizantes inorgánicos tienen la desventaja de su alto costo, hay peligro de sobrefertilización, no tienen ningún efecto positivo sobre la estructura del suelo, presentan grandes pérdidas por las lluvias, en muchos casos no hay efecto residual y, por tanto, se produce aumento en la frecuencia de aplicación.

Si se quiere un suelo con un nivel de productividad a largo plazo, el uso de los abonos orgánicos es  más recomendable. En comparación con los abonos químicos, no resuelven inmediatamente una deficiencia nutricional específica y necesitan tiempo de preparación y descomposición, además de planificación. Pero por otro lado mejoran a largo plazo el contenido nutricional y la estructura del suelo, estabilizan el pH y fomentan un círculo natural de fijación, descomposición y liberación de los nutrientes necesarios para los cultivos.

Así podemos mejoran la productividad de un predio a largo plazo sin grandes inversiones económicas. Pero no se trata de sustituir los abonos químicos por abonos orgánicos solamente, sino de un manejo adecuado de la fertilidad del suelo.

Manejo ecológico del suelo.

Son muchas los factores que se debe tomar en cuenta para manejar ecológicamente el recurso suelo. Los distintos tipos de suelo en las diferentes regiones requieren prácticas de manejo específicas que responden a su capacidad de uso y su grado de susceptibilidad a la degradación. 

Las medidas para el manejo ecológico del suelo, deben estar orientadas a evitar la eliminación de la cobertura vegetal, evitar el sobrepastoreo si se trata de ganadería, así como la deforestación y la quema. De igual manera se debe reducir la labranza intensiva, el uso de fertilizantes sintéticos y evitar el uso de plaguicidas, para mantener y conservar la fertilidad natural de los suelos.

En este sentido, los principios a ser considerados para lograr este objetivo son:

Principios ecológicos:

• La diversificación productiva en el espacio y el tiempo.
• La conservación efectiva y el mantenimiento de la fertilidad del suelo.
• La minimización de la tasa de degradación física, química y biológica del suelo.
• El fomento de la actividad de los microorganismos simbióticos y asimbióticos para incrementar la disponibilidad de los nutrientes en el suelo.

 Principios socioeconómicos:

La aspiración de todos los agricultores es lograr una producción estable y con altos niveles de rentabilidad. No siempre la conservación del suelo es un objetivo. Por tanto, deberían usarse tecnologías sencillas y económicas que se adapten fácilmente a los sistemas de producción.

• El desarrollo de tecnologías competitivas económicamente hablando, con  beneficios a corto y mediano plazo.
• Lograr la mayor participación posible de los agricultores en la toma de decisiones, compartiendo con ellos la necesidad de conservar el recurso suelo como principio de sustentabilidad productiva y económica.
• El uso de conocimientos ya existentes de los agricultores y no introducir tecnologías foráneas que no estén validadas en la región. Existen muchas técnicas para el manejo del suelo que se han mantenido a través del tiempo, por ejemplo, la rotación y la asociación de los cultivos.
• Evitar el deterioro de la fertilidad del suelo. 

Lineamientos para garantizar la fertilidad del suelo 

• Diversificación de los sistemas de producción.
• Incremento de la cobertura vegetal viva o muerta.
• El reciclaje de los recursos orgánicos.
• El uso de abonos verdes.
• El uso de microorganismos y la fertilidad del suelo.
• La labranza mínima para mantener la fertilidad biológica.

Espero tus comentarios 💬y/o preguntas ❔sobre el tema de fertilidad de los suelos, para otras lecturas interesantes acerca de la agricultura ecológica sigue acá en Agroecología Way. 

Recuerda compartir este post a tus conocidos y contactarme por mis redes sociales👇👇👇😎.

Bibliografía consultada:

📖Altieri, M. Agroecology. Intermediate Technology Publications, London/UK 1987.

📖FAO (edt.). Mejorando la nutrición a través de huertos y granjas familiares. Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Roma, 2000.

📖Suquilanda, M. Agricultura orgánica. Talleres Gráficos ABYA-YALA, Quito, 1995.